Alfredo Cornejo es el primer mandatario mendocino que llega dos veces a la Casa de Gobierno en periodos no consecutivos desde el regreso de la democracia.
El triunfo consolida la hegemonía radical en Mendoza y estira la gestión de Cambia Mendoza a 12 años, un proyecto de poder que no se daba desde el peronismo que gobernó en los años 90.
Cornejo logró esta victoria en un ambiente mucho más adverso que en su primer acceso a la gobernación, cuando le tocó enfrentar a un PJ en crisis por el mal final de la gestión de Francisco Pérez. En este caso, tuvo que rearmar Cambia Mendoza a partir de la fractura que generaron Omar De Marchi y Daniel Orozco en la coalición gobernante, pero logró mantener la cohesión interna de la mayoría de las fuerzas. Sin embargo, tendrá por delante una Legislatura menos cómoda que la que tuvo CM en estos ocho años.
Rodolfo Suarez
En diciembre, el principal logro político de Suarez será colocarle los atributos de gobernador a un radical. De alguna manera, el voto a Cornejo es un aval a su propia gestión, que atravesó a nivel local la crisis global más importante -la pandemia de covid-. Y que incluso en las primarias recibió un importante fuego interno por parte de Luis Petri. Ahora, Suarez se encamina a reemplazar a Cornejo en el Senado, ya que fue el primer suplente en la lista para la Cámara Alta en 2021.
Hebe Casado
Muy simple y corto: de outsider del PRO a ser la flamante vicegobernadora. Sobre el escenario, expresó la revancha de haber sido marginada por Omar De Marchi en el macrismo mendocino. Ahora, queda como su principal figura.
Intendentes radicales
Mario Abed, Ulpiano Suarez y Raúl Rufeil fueron los tres candidatos a intendente más votados en estas elecciones. El vicegobernador volverá a Junín para un nuevo mandato, pero ya fortalecido en los números como pivot sobre el que gira la política del Este. El médico Rufeil logró el aval político para un segundo mandato en San Martín, mientras que el sobrino de Rodolfo Suarez también accede a la reelección posicionado como el más votado en el Gran Mendoza, en una carrera hacia el 2027 que tendrá a varias figuras corriendo por distintos carriles. No fueron por la reelección, pero su incorporación en las boletas sirvió para traccionar: es el caso de Marcelino Iglesias con Marcos Calvente en Guaymallén o de Walter Soto en Tupungato con Gustavo Aguilera. El modelo de gestión radical también extenderá su hegemonía en Godoy Cruz, esta vez con Diego Costarelli.
Celso Jaque y Ricardo Mansur
El regreso de dos veteranos en los dos únicos departamentos que cambiaron de signo político. El ex gobernador se impuso por una holgada diferencia ante el actual jefe comunal, Juan Manuel Ojeda, rompiendo con la leyenda de que nadie es profeta en su tierra. Así, Jaque volverá a la intendencia que lo impulsó a la gobernación en 2007 luego de haber bajado el perfil y en un curioso enroque con Cornejo, que era intendente de Godoy Cruz cuando aquel era el mandatario provincial.
En el caso de Mansur, hay que señalar que gobernó durante 12 años en Rivadavia y ahora vuelve a la intendencia a través de un partido departamental y en abierta puja contra el radicalismo que alguna vez dirigió.
Esteban Allasino
De perfil bajo, figura nueva, pero con la experiencia en la gestión que le dio la jefatura de gabinete en la Municipalidad de Luján de Cuyo. El flamante intendente de ese departamento continuará la gestión que iniciaron Omar De Marchi y Sebastián Bragagnolo. Allasino salvó la ropa gracias al aparato del demarchismo y conformará el grupo de nuevos jefes comunales del Gran Mendoza que asumen por primera vez.
Partido Verde
La fuerza liderada por Mario Vadillo y Emanuel Fugazzotto quedó cuarta en la opción electoral de los mendocinos, desplazando por un lado al Frente de Izquierda como alternativa, pero también socavando por abajo al peronismo. Resistió el resquebrajamiento en los departamentos, entre ellos, la fuga de Marcelo Romano a LAUM y sumó dos bancas a la Legislatura. Hizo negocio.
Patricia Bullrich
La candidata a presidenta en Juntos por el Cambio logró para su propia campaña un resorte, primero en Santa Fe, después en Chaco y ahora en Mendoza con Cornejo. El mandatario electo ha reiterado en más de una oportunidad en su campaña la necesidad de que los mendocinos voten a Bullrich, porque esto ayudará a la provincia, a su vez. La victoria de CM en una de las provincias del cinturón productivo del país le sirve como ejemplo a Bullrich en la carrera para desplazar a Sergio Massa en el sprint hacia el balotaje con Javier Milei.
Perdedores
Omar De Marchi
Por tercera vez, el diputado nacional perdió en su apuesta por llegar a la gobernación, primero en 2011; después en una interna con Rodolfo Suarez en 2015, y ahora con Cornejo. Es cierto que los números mejoraron respecto a las PASO y que la presencia de La Unión Mendocina en la Legislatura crecerá. En esta carrera, De Marchi fracturó al PRO mendocino, una fuerza que tendrá que reconfigurarse después de octubre. Eso sí, salvó la ropa en Luján de Cuyo al mantener el bastión para el demarchismo. Pero es un logro con un alto costo, porque la ingeniería electoral que puso en marcha primero obligó a romper y luego a convocar a como dé lugar a un sinnúmero de fuerzas heterogéneas e ideológicamente contrapuestas. Más que sumar, parecieron amontonar y lo que llegó parecía un descarte, entre ellos, un peronismo arcaico sintetizado en las figuras de Roberto Righi y Jorge Omar Giménez, para darse cuenta de que para ser una alternativa real y válida ante los mendocinos ya no es por ahí.
Daniel Orozco
El médico radical que dirigió Las Heras durante dos periodos fue el que más arriesgó y el que más perdió. Cualquiera que no siga la secuencia política de ese departamento podrá decirse que la crisis se desató desde marzo en adelante, pero el pediatra fue durante ocho años afecto a romper por dentro. Sacó los pies del plato y pagó el precio. No logró mantener el departamento, asediado por denuncias judiciales. La campaña se volvió más que virulenta por lograr el poder en esa comuna. Salpicada por el escándalo de los audios de WhatsApp que derivó en la primer denuncia judicial -la causa de las cooperativas-, a ésta le siguieron otras tantas más en tribunales, y renuncias con cartas escandalosas sobre el manejo arbitrario del poder. Ahora, sólo le restará responder ante la Justicia.
El peronismo
Fracturado, sin lograr sintonizar con el electorado mendocino, el Partido Justicialista en su versión Frente Elegí cosechó la peor derrota electoral en su historia. La fórmula Omar Parisi-Lucas Ilardo, si bien ganó las primarias en buena ley, no pudo hacer pie con la batería de promesas que lanzaron como menú. La interna entre el cristinismo y los intendentes se comió a la fórmula desde el momento en que los jefes comunales decidieron separar sus elecciones para resguardarse de la ola de cambio que se avecinaba. Pero luego hubo pocas y demoradas fotos de apoyo a los dos candidatos. No faltaron las declaraciones públicas que avivaron las tensiones y la fuga de cerebros hacia LAUM. Hasta se dice que en este domingo hubo jefes políticos que sólo enviaron fiscales generales, lo que traduce la falta de apoyo, de confianza o el intento de acelerar la derrota del kirchnerismo que gobierna el partido. Todavía falta una elección más para el peronismo, que sólo se mostró unido -en apariencia- cada vez que Sergio Massa vino a Mendoza.
Ojeda y Di Cesare
Dos intendentes fueron los que perdieron sus dominios este domingo. Uno fue Juan Manuel Ojeda en Malargüe, que duró sólo un periodo bastante ajetreado en el departamento patagónico, jaqueado a su vez por la imposibilidad de avanzar en minería y en obras energéticas como Portezuelo del Viento. Cayó, nada menos, que a manos de Celso Jaque.
El otro derrotado de la jornada es Mauricio Di Césare, o lo que es mejor decir, Miguel Ángel Ronco, el intendente de Rivadavia. Ambos radicales perdieron a su vez ante un radical díscolo, Ricardo Mansur. La UCR perdió uno de los departamentos del Este provincial por una interna feroz.
Fuente: https://www.elsol.com.ar/